Caleta de Yal Kú, paraíso escondido para la fotografía subacuática
Quienes busquen tranquilidad, lejos del turismo masivo, en permanente contacto con la naturaleza y, básicamente, con la vida submarina, pueden elegir Akumal, un poblado a 36 kilómetros de Playa del Carmen, México. Pero, más allá, siguiendo el llamado Camino de la Bahía Media Luna, existe un paraíso del snorkel llamado Caleta de Yal Kú.
Un sitio alejado, lejos del circuito turístico, poco señalizado y al que se llega preguntando a los residentes del lugar. Un sitio que vale la pena descubrir por tratarse de un rincón escondido, casi virgen, tranquilo e ideal para quienes sólo buscan paz y relacionarse con las maravillas de la naturaleza. El lugar ideal para los cazadores de imágenes únicas del fondo marino.
Yal Kú significa “nido de animales” en lengua maya y, al parecer, la antigua civilización no se equivocó al darle nombre al lugar. Es que allí, gracias a sus aguas calmas, cristalinas, de corrientes suaves y una profundidad que varía entre uno y cinco metros, se reúnen gran cantidad de especies tropicales que le dan color y vida al lugar.
Es así que aquellos que deseen sumergirse para entrar en contacto directo con las distintas especies que allí habitan, podrán hacerlo siempre que lleven su propio equipo de snorkel. Claro, es que en la caleta prácticamente no existen servicios para los visitantes y no se alquilan este tipo de equipamientos. Pero si eres aficionado a la fotografía marina, no te dejarás el equipo en casa.
Un sitio ideal para apreciar la fauna submarina que allí habita por su diversidad y gracias a las aguas transparentes que sólo se ven afectadas cada determinado tiempo, cuando el agua salada se mezcla con el agua dulce en un efecto llamado haloclina.
Una experiencia sin igual dado que los peces suelen acercarse a los humanos que allí se introducen, haciendo la tarea del fotógrafo mucho mas sencilla.
Cabe destacar que, con el fin de conservar este paraíso natural, se encuentra totalmente prohibido ingresar al agua con cremas, protectores o bronceadores que no sean biodegradables ya que estos afectan la limpieza de las aguas.
Además, al tratarse de un rincón que no busca convertirse en un centro turístico, no existe señalización, demasiada información ni muchos servicios. Es así que si se desea pasar el día allí, habrá que llevar todo lo necesario como equipos y comida. Claro que no hace falta decir que todos los residuos deberán volver con cada uno hasta el hotel o ciudad para luego arrojarlos como y donde corresponde.
Foto| Laszlo Photo en Flickr
